Me da la sensación que la 31ª edición del APLEC (Reunión de las Peñas del RCD Espanyol) de este año para vosotros, los dirigentes del club, ha sido más bien un incordio que un motivo de celebración de espanyolismo. Me atrevo incluso a decir que os hubiera gustado suspenderlo. Muchas trabas y poca transparencia. En ningún momento se os ha visto con muchas ganas de organizar una celebración de la que todos los pericos pudiéramos sentirnos orgullosos.

Para empezar; no se puede publicar el programa de este evento con sólo diez días de antelación.

Luego, el evento que acostumbramos a celebrar en junio lo cancelasteis, ya que se suponía que debido al descenso del primer equipo todos estaríamos muy deprimidos. Decisión más que discutible puesto que la terapia en grupo nos podría haber venido bien (yo, si estoy rodeado de muchos pericos siempre llevo mejor estas situaciones).

La nueva fecha tenía que ser el domingo día 8 de octubre por la mañana porque por la tarde íbamos a viajar todos a Villareal. Ahora resulta que jugamos el lunes y esa disculpa ya no vale.

Y además, ¿de quién es la idea de prohibir que se haga una comida? Sin duda se habría desplazado más gente (mi caso sin ir más lejos) si el evento hubiera sido de un día entero o un fin de semana completo.

Intentáis justificar que esta vez haya sido un APLEC algo atípico o un «Mini-Aplec», pero yo no me creo nada de todo esto y tengo muy claro que la fórmula que habéis impuesto es la que más os convenía.

Teniendo en cuenta el gran número de abonados y socios, la gran cantidad de pericos que viaja con el equipo y la inagotable paciencia que demostramos en los momentos difíciles, creo que deberíais haber puesto más interés en el evento estrella de la afición perica.

Gracias a Carles Albiol y a los miembros de la Peña Pericos de Tarragona por todo su esfuerzo y dedicación. Vosotros, que siempre habéis puesto todo el entusiasmo e ilusión en este proyecto, tampoco os merecéis esto.