
Sustituir la realidad por un mundo fantástico
La situación actual de nuestro club es desesperante. Ya ni me acuerdo de una noticia relacionada con nuestro club que haya sido positiva. La negatividad y el pesimismo nos han invadido. Muchos pericos ni siquiera ven los partidos por la tele. Decisiones equivocadas tomadas por la cúpula y un nefasto rendimiento deportivo. Discursos vacíos y promesas incumplidas. Fines de semana estropeados por repetidos fracasos del primer equipo y una avalancha de malas noticias por parte de los medios informativos durante toda la semana (si no hay nada positivo resulta complicado transmitir buen karma).
He decidido rebelarme contra esta tortura permanente y cambiar ciertos hábitos.
Escuchar menos los programas pericos. No me he disfrazado de Papa Noel y no les he dado regalos a los jugadores y al cuerpo técnico; no voy al hotel de concentración (para qué vas a ir si prefieren que no estés) y procuro no cabrearme si he recorrido muchos kilómetros y no me saludan después del partido. Tiene algo de trágico asistir a un partido y sentir cierta indiferencia o incluso rechazo por los que deberían ser tus ídolos. Supuestas estrellas que ni siquiera tienen unos segundos para transmitir un mínimo de empatía y gratitud. Ver y asistir a partidos del RCDE como un acto de fe y no para disfrutar. Dar sólo valor a los puntos conseguidos y no al juego exhibido.
Pero el Espanyol es un club con muchos años de historia. Somos la maravillosa minoría. Nos llena de orgullo pertenecer a este club.
Saldremos del purgatorio y nos llevaremos muchas alegrías.
Ganaremos hoy en Ferrol, Garagarza hará maravillas en el mercado de invierno, subiremos directos a Primera y nuestros dirigentes por fin se darán cuenta de que no están capacitados para llevar este barco a buen puerto.
El mundo perico puede ser fantástico. No permitamos que nos invadan el pesimismo y la desesperación.
No dejemos de soñar. Aunque nos cueste.





